En el contexto de enseñanza y aprendizaje surgen una multiplicidad de variables propias de la relación y experiencia humana intersubjetiva, habilidades tanto racionales como socioemocionales interactúan al servicios del conocimiento, aprendizaje y experiencia, es así como los diversos estudios en neurodesarrollo hoy explican la importancia del buen trato, el apego seguro y vinculo positivo en la diada docente y estudiante, es bajo esta lógica que en la educación de este siglo la formación docente debe estar enfocada en adquirid los conocimiento teóricos, técnicos y experienciales tanto del desarrollo cognitivo como del socioemocional.
Esto se justifica en que se ha demostrado que la intervención en promoción en salud mental durante la infancia, disminuye las alteraciones en el desarrollo e impide que se vuelvan patologías crónicas en Salud Mental (Lecannelier, 2006), entre diversos datos relevantes sobre la importancia de las variables emocionales en la adquisición y gestión del aprendizaje y la enseñanza.
Teniendo en cuenta que la escuela es un escenario privilegiado para favorecer el desarrollo emocional temprano, surge la relevancia de potenciar las habilidades socioemocionales asociadas inicialmente a los siguientes conceptos relevantes:
¿Qué es la mentalización?
La mentalización se define como la capacidad parental para interpretar el comportamiento del niño o niña a su cargo, mediante la atribución de estados mentales (creencias, sentimientos, actitudes, deseos) respecto a la conducta observada en el niño/a y claves del contexto en que dicha conducta tiene lugar (Fonagy, Steele, Moran, Steele & Higgit, 1991).
Es una capacidad que permite el reconocimiento de estados mentales en sí mismo y en los demás en términos de pensamientos, emociones, deseos e intenciones. Para ello es necesario poder diferenciar el comportamiento visible y las posibles motivaciones o estados mentales que subyacen al mismo (Allen, & Fonagy, 2006).
Este concepto surge en el campo de estudio del apego y el vínculo afectivo iniciado por Bowlby (1990) y continuado por Mary Ainsworth (1967) y Mary Main (2000), entre otros. Está en relación con términos pertenecientes al campo amplio de la psicología y el psicoanálisis como son los de empatía, mundo representacional, intersubjetividad, entre otros.
Diferencia entre mentalización y empatía
Para entender el titulo anterior, se hace necesario comprender que, la mentalización subyace al concepto de empatía (Twemlow, Fonagy, & Sacco, 2005b), pero no se limita a éste, porque como lo explican Haslam-Hopwood, Allen, Stein y Bleiber (2006), la empatía corresponde al conocimiento y comprensión que se tiene de los sentimientos que pueden estar presentes en el otro. Por otra parte, la mentalización, además de los sentimientos, incluye los pensamientos no solo en el otro, sino también en sí mismo.
¿Y que es la sensibilidad?
La sensibilidad es un concepto que surge de la teoría del apego, introducido por Ainsworth en 1978; este autor la define como la capacidad del adulto a cargo para percibir las señales comunicativas del niño, interpretarlas correctamente, y ofrecer una respuesta rápida y apropiada; con ello consigue ser accesible a las necesidades de este y le ofrece protección, cuidado, contención, etc., según corresponda (Ainsworth et al., 1978). Esta interacción sensible entre la diada ofrece seguridad, cuidado y protección al niño, y le da confianza para explorar el ambiente y experimentar nuevas cosas, en el caso de la diada docente-estudiante este tipo de relación permite mayor predisposición al aprendizaje, motivación y la exploración.
Así como plantea Cuellar y Farkas, (2017), esta interacción sensible no sólo se establece con el padre o madre u otra figura sustituta, sino también con el personal educativo con el cual los niños comparten bastante tiempo (Commodari, 2013; Pianta y Stuhlman, 2004). Es así como se establece que la relación significativa, de buen trato, confianza y seguridad entre estudiante y educador impacta de manera positiva, siendo estimulante en el desarrollo social y cognitivo, aun mas en niños y niñas cuyo vinculo gestado con sus familias de orígenes es inseguro (Ahnert et al., 2006; Howes, 1997; Howes y Smith, 1995); para lograr lo anterior es necesaria una actitud sensible y receptiva a las necesidades y deseos de o los niños. Dentro de los pocos estudios realizados con educadores, las investigaciones que se han llevado a cabo en centros de educación inicial estadounidenses (NICHD, 2000) han mostrado relaciones significativas entre la sensibilidad del educador y un mayor desarrollo social, emocional, cognitivo y lingüístico en los niños. Así mismo, un estudio realizado en Chile mostró mayor sensibilidad de las educadoras en relación a las madres, lo cual propone que las primeras constituyen un factor protector para el niño cuando las madres presentan baja sensibilidad (Farkas et al., 2015, como se cita en Cueller y Farkas , 2017)
Mentalización, sensibilidad y docencia
En el contexto escolar, como se cita en A.Gomez & A. Mesa, (2015), la mentalización permite que el docente identifique y tome en consideración las diversas variables que subyacen a las interacciones y afectan el aprendizaje (Twemlow, & Fonagy, 2006). Le permite además reconocer y regular su propia experiencia emocional (Allen, & Fonagy, 2006). El estudio de Twemlow, Fonagy y Sacco (2005a), plantea que el docente puede promover el desarrollo de la capacidad de mentalización del niño, de esta manera le ayuda a modular y regular los efectos negativos del contexto (González, & cols., 2000), favorece el desarrollo integral y contribuye a la salud mental. En el mismo sentido O’Connor y McCartney (2007) señalan que la relación positiva con el docente protege al niño de los efectos negativos de un apego inseguro con sus padres o cuidadores (A.Gomez & A. Mesa, 2015).
¿Cómo aplicar en contexto de aula?
Existen en la actualidad diversas metodologías para implementar lo anterior en los establecimientos educacionales, es así como el modelo de Apego, Mentalización, Auto-mentalización y Regulación afectiva (AMAR) propuesto por Lecannelier (2008) busca el desarrollo del aprendizaje socio afectiva, factor clave y determinando en el desarrollo integral de los niños y niñas.
· Establecer un apego seguro con los estudiantes, mediante un vínculo positivo, de buen trato, escucha activa, validación de sus aportes por mínimos que estos sean, buscando tratarlos como te gustaría que te trataran en momentos de estrés, escuchar se torna en la estrategia fundamental.
· Mentalizar, tratando de entender los componentes mentales que subyacen al comportamiento del niño, entendiendo la lógica de que toda conducta humana es comunicación y de que todo comportamiento tiene una base, motivo y/o causa, tatar de encontrar ese motivo más allá de la conducta concreta del niño es fundamental para dar una respuesta sensible a esta necesidad.
Por ejemplo: surgen situaciones en que nos encontramos con un estudiante que “llama la atención” interrumpiendo constantemente la clase, ¿qué hago?, comúnmente un docente podría intentar reprender esta conducta y posiblemente utilizar una sanción como una anotación negativa (modelo punitivo), sin embargo, si el docente logra gestar un vínculo positivo y cercano con este estudiante, comprende los motivos de su actuar (posiblemente ligado a su crianza, vivencias familiares, experiencias de vida, estados emocionales, etc.), la conducta seria interpretada como “la necesidad del estudiante de interrumpir con el fin de ser atendido y visualizado por el docente”, llamando la atención de este y encontrar contención, regulación, motivación, etc.,. Generado entonces el docente, las estrategias necesarias para hacer sentir al estudiante importante y atendido. (tutorías de pares, se le asignen responsabilidades en la sala de clase, se le hace participar activamente mediante preguntas directas, se le refuerza de manera positiva ante los aciertos y errores, entre otros).
Posteriormente, la auto-mentalización le permite al docente identificar lo que le sucede a él mismo a nivel de su mundo interno, especialmente frente a los comportamientos negativos o problemáticos del niño. ¿Qué puedo sentir? rabia, frustración, rechazo, lejanía, etc., ¿Cómo lo soluciono?
-Entender que la emoción que transmite y transfiere el estudiante niño o niña, proviene desde un contexto (social, familiar, vincular y vivencial) y que este, mediante su experiencia emocional lo transmite a su entorno, haciendo sentir al otro el mismo estado emocional que el siente. -En base a lo anterior se espera que el docente interprete adecuadamente la emoción del estudiante (mentalizar) y pueda brindar una respuesta distinta a lo que perciba o sienta, (sensibilidad) optando por acciones que vayan en pro de la contención, regulación y empatía, por ejemplo; evitando contrarrestar la rabia utilizando el miedo.· Finalmente la regulación, que sería la intervención propiamente tal por parte del adulto (docente) y que ayuda al estudiante a contener sus emociones, a calmarse y regular su conducta para volver a incorporarse y adaptarse. Ejemplo; escuchando activamente, ofrecer alternativas a su problema y estado emocional, utilizar un lenguaje afectivo, respetuoso y amoroso, vinculo cercano y positivo, evitando juzgar y promoviendo una respuesta sensible.