Orientación y guía como competencia formativa

La orientación y guía tiene como objetivo desarrollar de manera paulatina la autonomía progresiva, para ello el docente debe  favorecer, acompañar, conducir y potenciar la autonomía de sus estudiantes en las diversas situaciones de la vida cotidiana según sus etapas de desarrollo y sus objetivos propuestos. Orientar y guiar dicen relación con poner a disposición del niño, niña o adolescente aquellas condiciones físicas, materiales y de equipamiento que estimulen su deseo y posibilidad de autonomía.

Para lo anterior es importante que el docente pueda monitorear, guiar u orientar de cerca los intentos, esfuerzos, errores y aciertos que el niño o niña pueda dar en sus experiencias de aprendizaje y en un contexto de buen trato utilizar esas experiencias para el aprendizaje, reforzando positivamente cada intento, cada paso, por muy mínimo que sea, con el fin de que el estudiante pueda lograr su máximo desarrollo y autonomía.

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Estimulación del aprendizaje y competencia formativa

Dentro de las diversas tareas que el docente debe emprender en su praxis de educar se encuentra la de favorecer el descubrimiento del mundo, orientando y guiando el aprendizaje, en su infinidad de recursos y variables,  la integración de aprendizajes significativos, que promuevan en el largo plazo el desarrollo de la autonomía progresiva, utilizando el dialogo, mediación y reflexión como estrategias  prácticas cotidianas, procurando que las experiencias no se trasformen en contextos amenazantes punitivos y sancionadores,  el docente debe operar como un mediador entre la experiencia y el aprendizaje, el docente no debe ser quien trasvasije información, si no pueda brindar los matices y las adecuaciones necesarias que aporte a la formación integral de sus estudiantes, el docente debe actuar como un andamiaje (Bruner, 1983.) entre el estado de conocimiento y competencias actuales de sus estudiantes y el estado posible o deseado en su zona de desarrollo próximo (Vygotsky, 1931).

 Para ello el docente debe haber gestado un conocimiento profesional pero sensible de sus estudiantes, desde sus gustos, tendencias, motivaciones hasta el conocimiento actual en cuanto a curiculum, desde dicha base estimular el aprendiza en sus multiples áreas,  pudiendo utilizar para ello una serie de estrategias para lograr dicho aprendizaje, teniendo en cuenta la diversidad de participantes en el contexto de aula por ende las múltiples formas de aprender y enseñar como ya lo plantea el Diseño Universal del aprendizaje y la Enseñanza, sintonizando con procesos de motivación y confianza, diseñar una estructura pedagógica que ofrezca garantías de seguridad y desafío creativo, y proponer una actividad que suponga avanzar hacia su zona próximo de desarrollo (Gómez, 2016) y aprendizaje.

Recomendaciones:

Las actividades propuestas pueden ser de distinta naturaleza, según el ámbito de desarrollo o núcleo de experiencia que se busque potenciar.

  • Físicas: juegos deportivos o desafíos físicos (ejercicios, bailes, coreografías, juegos de roles, etc.) con contenido pedagógico que incluya un objetivo curricular en las diversas asignaturas.
  • Relacionales: que incluyan la interacción con sus pares o con otras personas del establecimiento o comunidad (trabajo en equipo, entrevistas, juego de roles, trabajo en grupos, desafíos grupales, etc.)
  • Socio afectiva: que incluya el reconocimiento, manejo y gestión de sus estados emocionales y afectivo, ya sean individual como social, (utilizar las vivencias propias de los estudiantes, gestar debates, conversaciones, charlas, estrategias de inicios de la clases para la gestión emocional, respiración guiada, mindfulness, etc.).

Calidez emocional, como componente de la competencia vincular

Otro elemento relevante para construir una relación vincular significativa entre docente y estudiante está determinada por la calidez emocional, la cual se define como la capacidad para demostrar en forma consistente expresiones de afecto y buenos tratos al niño o niña (Barudy y Dantagnan, 2005; 2010). Esta capacidad es un factor relevante y que contribuye de manera positiva en el desarrollo socioemocional de los niños y niñas. (Cohen, 2005; Cassidy y Shaver, 2008), está relacionada con la creación de contextos bien tratantes, toda experiencia de relación cálida entre dos o más seres humanos contribuye a una relación positiva de confianza, que da pie a que ambas logren conocerse más allá de su relación cotidiana, obteniendo apertura al dialogo, respeto de los límites y normas, entre otras variables fundamentales del aprendizaje, sin necesidad de llegar a la imposición y a la sumisión por poder y miedo, estrategias propias de un paradigma punitivo y mal tratante de la infancia, por el contrario, la calidez emocional es crítica en el desarrollo socioemocional, cabe destaca que la calidez emocional se expresa a través de tres canales fundamentales: (a) el cuerpo; (b) la mirada, (c) y la voz.

El cuerpo, como medio para comunicar y expresar, el cuerpo habla de nuestra propia historia, de nuestra herencia familiar basada en la crianza, de estados de relajación o tensión, el cuerpo del adulto puede trasmitir control o descontrol hacia uno niño o niña con movimiento amplios o reducidos, acercarse o retirarse, todo ello es comunicación, saber si estas presente o ausente, si deseas contener o reprimir, atacar, golpear u abrazar, todo este repertorio de acciones y conductas comunica al niño o niña, la calidez emocional se expresa en cada abrazo, caricia y acercamiento afable, seguro y estable, es así como en Paul Watzlawick, Janet Beavin y Don Jackson en 1967, plantea los axiomas de la comunicación, siendo el primer de ello “es imposible no comunicar”, ante dicha lógica nuestra cuerpo siempre está comunicando, dando señales, entregado a cada segundo información emocional a otro que puede interpretarlo y sin lugar a dudas, reaccionar ante esas señales, desde ahí la invitación a hacernos la pregunta ¿Qué señales, comunicación, información, estamos entregando a nuestros estudiantes, contribuye nuestros señales corporales a establecer un contexto cálido propicio para la relación positiva y por defecto para el aprendizaje?.

La mirada es otro medio de expresión de emociones en la construcción de una relación (Bornstein, 2012; Gross, 2014). La mirada puede también transmitir amor, contención, presencia, afecto, puede sanar, acompañar, por el contrario puede transmitir rabia, desatención, desregulación, por ende se convierte en un medio fundamental en la calidez emocional, siendo esta trascedente en el desarrollo psíquico del infante, del ser humano en general y como canal esencial en la calidez emocional.

Finalmente la voz mediante sus componentes de volumen, contenido, tono y ritmo expresa una amplia gama de emociones pudiendo causar estrés toxico, dolor, sufrimiento, daño, heridas emocionales, o bien de contención y recuperación y equilibrio emocional, gritar, hablar fuerte, un tono de voz agudo, perturba el cerebro y gesta que este estimule el sistema de defensa, generando estrés, bloqueando el sistema cerebral de exploración y motivacional, estos ultimo determinantes en el aprendizaje, por el contrario una tono de voz tenue, amable, contenedor, pasivo, gatilla la estimulación del sistema motivacional y de exploración, de ahí la importancia de la voz como uno de los medios centrales en la calidez emocional.

Involucramiento y competencia vincular.

Para lograr desarrollar habilidades socioemocionales en los estudiantes también se necesita un docente que se  involucre cotidianamente en la vida e historia de sus estudiante, definiéndose esta como la capacidad desarrollada por los padres para mantenerse interesado, atento y conectado con las experiencias y actividades cotidianas de sus hijos, participando activamente en su desarrollo desde los distintos ámbitos involucrados en ello. 

Lo anterior es también aplicable a todo aquel adulto que comparte y se relaciona cotidianamente con los niños y niñas, por ende es dable que esta competencia también pueda ser desarrollada por el docente ya que no se aplica a la profesión directamente sino a toda relación humana.

El involucramiento implica sintonizar y sincronizarse con las señales corporales, conductuales y emocionales de los estudiantes, además de involucrarse en las actividades cotidianas, gustos, tendencias, juegos, socialización, dinámicas del grupo curso o del estudiante en particular y el involucramiento a largo plazo, lo que dice relación con la mantención del vinculo positivo entre estudiante y docente en el tiempo, lo que fortalece y da peso significativo en la relación (Feldman, 2012);  siempre procurando ser respetuoso con el nivel de involucramiento ya que los excesos implican sobre control y una conducta invasiva del mundo personal ya sea individual o grupal lo que termina por impactar de manera negativa en la vinculación entre las partes.

Algunas recomendaciones para fomentar la calidez emocional e involucramiento

  • Procure mantener un tono de voz adecuado, evite utilizar tonos amenazantes y punitivos hacia las y los estudiantes.
  • Promueva una comunicación corporal que comunique tranquilidad, respeto, contención, evitando mostrarse amenazante, incisivo  y punitivo.
  • Conecte todo lo anterior con una mirada afectuosa, tranquila, calma y cálida, lo que dará paso a la confianza y apertura por parte de su estudiante.
  • Lo anterior acompáñelo con verbalizaciones positivas hacia el esfuerzo, motivación, perseverancia, capacidad de aprender del error, entre otras.
  • Y lo más importante, construya conocimiento sobre estas variables, sobre su impacto y transcendencia en la relación humana y su contribución determinante en el desarrollo humano sobre todo infantil, posteriormente ponga en acción concreta este conocimiento, convirtiéndolo en actitud y no en imposición.
  • Generar introspección sobre nuestra propia historia es reconocer también nuestras propias herida de infancia, tratar de una forma más cálida e involucrada es continuar con el legado o bien cambiarlo hacia un trato respetuoso de la infancia y de nosotros mismos.

¿Cómo formular preguntas de calidad para el desarrollo de habilidades de orden superior?

Las preguntas pueden ser una herramienta muy poderosa para conectar con el estudiantado y su experiencia, y profundizar en el desafío de aprender en conexión con lo que estamos viviendo.

Estas preguntas deben considerar tanto la edad, el conocimiento previo sobre el tema, las capacidades, el vínculo entre quienes están interactuando y sobre todo, el bienestar integral del estudiantado.

A continuación, le ofrecemos un marco orientador para maximizar el potencial de las preguntas, tanto para acercarle a las comprensiones del estudiantado, como para promover el desarrollo de su pensamiento.

Preguntas para conocer

Como norma básica: antes de responder… PREGUNTAR… y luego escuchar.

Son preguntas que nos conectan con el conocimiento, en la línea de reproducir información ya disponible.

Las preguntas de saber no requieren un proceso cognitivo muy complejo, y puede implicar, por ejemplo, repetir lo que se ve u oye, sin mayor reflexión, o recordar y describir una opinión ya elaborada con anterioridad.

  • ¿Qué sabes sobre el COVID-19 y acerca de cómo se transmite y previene?
  • ¿Qué sabes sobre cómo se ha abordado el COVID-19 en otros países?
  • ¿Qué sientes cuando piensas en esta enfermedad?
  • ¿Qué hiciste durante el tiempo de cuarentena?

Preguntas para reflexionar

Son preguntas que nos ayudan a elaborar la información para la construcción de nuestra opinión sobre los fenómenos. Implica analizar, comparar, inferir, relacionar, deconstruir e integrar.

  • ¿Qué preguntas crees que son importantes de poder responder durante una pandemia?
  • ¿Por qué piensas que hay personas que no siguieron las indicaciones que se entregaron para el autocuidado?
  • ¿Qué eres capaz de hacer ahora que antes no de la pandemia?
  • ¿Qué crees que es lo más importante que deberíamos aprender como sociedad y como planeta durante la pandemia?
  • ¿Cómo te imaginas que debería funcionar nuestro colegio cuando volvamos?

Preguntas para crear

Son preguntas que nos ayudan a transitar hacia la toma de decisiones y la acción, coherente con la reflexión realizada. Se ponen en juego habilidades como evaluar, juzgar, proponer ideas e hipótesis, planificar, elaborar y crear.

  • Si tuvieras que dejar un consejo a las futuras generaciones sobre cómo vivir en tiempos de pandemia, ¿Cuál sería?
  • Si tuvieras un/a superhéroe ideal, ¿qué harías para salvar al mundo de que ocurra una pandemia?
  • Si tuvieses a cargo la dirección de un colegio, ¿qué medidas tomarías para que todos/as puedan cuidarse?
  • Si hicieras una clase virtual acerca del tema, ¿Cómo lo harías?
  • Si pudieras redactar una noticia desde una perspectiva totalmente positiva sobre la pandemia, ¿qué contarías?

Preguntas para metareflexionar

SWon preguntas que nos ayudan a reflexionar sobre el ejercicio mismo de reflexión. Esta vez, el objeto de análisis no será el fenómeno o tema particular, sino el ejercicio de haber pensado sobre él. Se ponen en juego todas las habilidades antes mencionadas.

  • ¿Qué fue lo que más te costó/gustó de pensar y contestar estas preguntas?
  • ¿Para qué crees que te fue útil pensar y responder estas preguntas?
  • ¿Qué otras preguntas para pensar se te ocurren ahora?

La pedagogía de las preguntas es la que le permitirá lograr que el estudiantado aprenda a vivir en este nuevo mundo que les espera.

Le invitamos a ver el siguiente video complementario:

¿Cómo utilizo el error como una oportunidad de aprendizaje?

Siempre se tiende a pensar que los errores los cometen los estudiantes debido a sus propias percepciones, sin embargo debemos reflexionar si lo que nosotros como docentes hacemos es lo que provoca este error y cual es la oportunidad que tenemos para que de esto se aprenda.

Debes tener claro lo siguiente:

1.- Nuestro estilo de enseñanza y el ritmo y estilo de nuestros estudiantes.

2.- Las estrategias metodológicas que utilizamos, pues tienen directa relación con los errores que se cometen por los estudiantes.

3.- Reflexiona como ellos te perciben, todo cambio de actitud desde el docente permitirá que el error sea parte esencial de tus clases y no un castigo para tus estudiantes.

¿Cómo podemos ayudar al estudiantado a aprender de sus propios errores?

1. Considera los errores como una fuente de aprendizaje

Cuando los estudiantes son conscientes de que la respuesta que están dando al problema no es la correcta, pueden intentar resolver el problema a un nivel más profundo en comparación con alguien que simplemente ha memorizado la respuesta. Además, como docentes no deberíamos limitarnos a corregir el error, sino asegurarnos de que los estudiantes reconocen y comprenden la razón por la que la respuesta no es correcta.

2. Mejorar la motivación y la autoestima corrigiendo los errores y superándolos

Un estudiante que es capaz de corregir una respuesta incorrecta experimenta una sensación de éxito personal. Siente cómo su esfuerzo ha valido la pena y cómo mejoran sus habilidades. Esa experiencia de éxito le lleva a ser más persistente y a esforzarse aún más cada vez que tiene que alcanzar una meta de aprendizaje porque cree que será capaz de alcanzarla.

3. Honrar los errores

¿Respuesta equivocada significa solamente respuesta equivocada? No necesariamente. Los errores son multifacéticos. Proporcionan al docente información sobre la situación de cada estudiante y sobre sus déficits en el aprendizaje. Los errores también nos muestran si el estudiante comprende los requisitos y cómo podemos conectar en el aula, de manera óptima, los conocimientos previos con los nuevos. Como docente, los errores te ofrecen una base de información importante para estructurar las siguientes sesiones y pensar en el desarrollo individual de cada estudiante.

4. Ofrece feedback en el momento

Si tardamos en darnos cuenta de que un estudiante no ha comprendido algo y dejamos pasar mucho tiempo entre esa situación y nuestra respuesta, el pensamiento incorrecto puede afianzarse en la mente del estudiante, con lo que luego podría tardar más en “desaprender”. El proceso de enseñanza debería, por tanto, seguir estos pasos: actividades de práctica, errores, recibir retroalimentación o feedback, reflexionar sobre el feedback recibido, volver a intentarlo.

5. Anima a los estudiantes a adquirir el hábito de corregir sus propios errores

Dar a los estudiantes la posibilidad de corregir sus propios errores en cuanto los han cometido puede tener un impacto positivo en su motivación para el aprendizaje. Al mismo tiempo, aprender a descubrir la raíz del problema (no haber prestado suficiente atención, reiteración –“tropezar siempre sobre la misma piedra” o repetir una acción o respuesta errónea, tener una idea equivocada antes de comenzar) ayuda a entender y modificar procesos y hábitos.

Todo el mundo comete errores. La clave está en aprender de esos errores.

Anónimo

A modo de complemento, le invitamos a ver el siguiente video:

¿Cómo ayudo a mis estudiantes a profundizar sus propios conocimientos?

De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Harvard, dar a los estudiantes tiempo para reflexionar sobre su conocimiento realmente importa y es una práctica esencial para su formación. Al permitirles reflexionar, en lugar de saltar de lección a lección, los estudiantes pueden reconocer sus fortalezas y debilidades.

¿Cómo lo puedo hacer?

Aquí te damos una serie de actividades que puedes realizar con tus estudiantes:

Estimula el pensamiento de los estudiantes haciendo preguntas:

  1. Al inicio de la clase:
  • ¿qué saben del tema?
  • ¿qué esperan aprender?

Invitarlos a pensar antes de empezar es de utilidad para que se enfoquen en una meta, se motiven y tengan una dirección.

2. Cuando ya tienen el contenido:

  • ¿para qué me puede servir?
  • ¿cómo puedo aplicarlo?
  • ¿Puedo explicarle a alguien lo que aprendí?

3. Cuando ya aplique lo aprendido:

  • ¿pude solucionar el problema?
  • ¿tengo alguna duda que surgió al aplicar lo que se?
  • ¿cómo puedo mejorar?

También puedes realizar estas actividades:

Hacer videos: hará que los estudiantes usen su creatividad al dar una perspectiva diferente a un tema. Puede ser una excelente manera de repasar lo que aprenden, dándoles una idea de su progreso.

Hacer Citas: haga que los estudiantes encuentren una cita, una canción, una marca o una obra de arte que represente un concepto de la clase para que puedan relacionar lo que ven en la lección con cosas de la «vida real». También les permite mostrar su pasión e interés.

Tomar descansos: los maestros no pueden obligar a los alumnos a reflexionar, solo pueden convertirlo en un hábito. Dar un «descanso de reflexión» durante la clase, alienta al alumno a expresar sus pensamientos sobre lo que ha aprendido hasta ahora. Después de un tiempo, aprenderán a reflexionar por su cuenta.

Tu también reflexiona. De esta forma le das dirección e intención a tu trabajo.

Entonces, te invito a revisar el siguiente video: