¿Cómo optimizar el tiempo de aprendizaje en el aula?

“El tiempo es a la vez el más valioso y el más perecedero de nuestros recursos” (John Randolph)

Dicen que el tiempo es el recurso más valioso del que disponemos, desarrollemos la labor que sea.Y no deja de ser verdadero. No discutiremos en este artículo acerca de lo relativo que es el tiempo, sino de su aprovechamiento, en momentos específicos de una clase, de momentos que podemos aprovechar para lograr el objetivo de la clase, y a utilizarlo eficientemente.

El criterio C.4 del Marco para la buena enseñanza (MINEDUC, 2008), menciona que una clase efectiva es aquella que articula de manera óptima el tiempo disponible para la enseñanza de uno o varios objetivos y las necesidades de aprendizaje de los/as estudiantes, traducido en actividades que logran desarrollar un aprendizaje significativo de todos/as.

De todas las actividades que un docente ejecuta en el aula, las administrativas y las disciplinarias son aquellas que demandan mayor esfuerzo y tiempo, equivalentes al 31% del tiempo disponible (Martinic, 2015), tales como: ordenar al curso al inicio de la clase, pasar la lista, recordar las normas de convivencia, estudiantes que llegan atrasados, colegas que pasan con solicitudes institucionales, colectas, el proyector que de pronto dejó de funcionar, etc., son factores que atentan contra el uso eficiente del tiempo en el aula. Esto, sin considerar la disposición con la que se presenta un docente en el aula, lo cual también influye. 

De todos modos, citando al mencionado Marco para la buena enseñanza, conviene tener presente que “la utilización del tiempo debe ser flexible; adaptando los períodos dedicados a una actividad, a las necesidades derivadas del ritmo de los estudiantes y de la complejidad que presenta un determinado contenido o el interés que éste despierte en los alumnos y alumnas”. Aun así, todas las actividades DEBEN tributar al logro del objetivo de la clase, tanto en forma como en su fondo.

 

¿Qué hacer?

Como dicta la regla popular, en la sencillez está la grandeza. Pues bien, gestionar el tiempo en la sala de clases es una tarea sencilla, si el/la docente ha desarrollado un buen dominio de grupo, y sabe comunicar bien sus ideas. Teniendo eso a la base, se recomienda lo siguiente para optimizar los tiempos en el aula, con enfoque en el logro de aprendizajes significativos:

1. Previo a la clase:

  1. Haber planificado concienzudamente las actividades y objetivo(s) a lograr en la clase, teniendo siempre presente que es parte de una unidad.
  2. Preparar y organizar con anticipación los recursos que se utilizarán en la clase. Si los lleva usted, prepárelos el día anterior o antes de iniciar la jornada laboral. Si los deben traer los estudiantes, deje un/a tutor par para designado/a, para que recuerde ese compromiso.
  3. Si utilizará recursos TIC, solicite a quien esté encargado/a de éstos que verifique que están en óptimas condiciones para su uso.

2. Durante la clase:

  1. Fomente, clase a clase, el uso de rutinas que sean claras y realizables por sus estudiantes, como: gestos para ordenar la sala, dinámicas de activación, momentos para descansos, etc.
  2. Guíe hacia la toma de conciencia respecto a la importancia de lograr el objetivo de la clase, mejor aún si se asumen compromisos al respecto. Se recomienda mantenerlo escrito toda la clase.
  3. Minimice al máximo los tiempos de tareas administrativas, como pasar la lista, escribir los contenidos en el libro, asuntos de convivencia escolar, etc., y lleve siempre la atención hacia el logro del objetivo de la clase.
  4. Hable y/o explique lo justo y necesario, y dé tiempos más amplios para discusiones socializadas, trabajos en grupos, tutorías, etc.
  5. Asigne tiempos claros y prudentes para el desarrollo de las actividades, acordes a la complejidad del contenido, y respételos. Los estudiantes deben saber que si se acaba el tiempo, ya no se puede continuar desarrollando la actividad. Esto fomentará la rutina relacionada con el uso conciente del tiempo en las actividades y tareas.
  6. Monitoree de cerca los avances de los trabajos individuales y grupales. Así se asegura de que el tiempo se utiliza de forma eficiente.
  7. Utilice las TIC para explicar conceptos abstractos, no para toda la clase, de lo contrario, se transforma en un distractor, más que un facilitador. Recuerde que también puede utilizar otros recursos como organizadores gráficos, modelos, etc.
  8. Utilice las TIC para evaluar. Existen varias herramientas Online para hacerlo. Recuerde que los estudiantes son nativos digitales, y a veces es más motivante y rápido para ellos/as utilizar estas tecnologías.
  9. Retroalimente los resultados de las actividades de manera concisa y precisa.
  10. Si se presenta alguna dificultad disciplinaria, actúe rápidamente de acuerdo a los protocolos establecidos en su Establecimiento, tratando en todo tiempo de llegar a resolverlos primero en el aula y con poco esfuerzo. Si usted pierde la compostura, influirá en el clima de aula, desconcentrando a los estudiantes más de lo que ya podrían estar. Recuerde que es usted quien marca el ritmo de trabajo y la emocionalidad en la sala de clases.
  11. Finalice su clase SIEMPRE, destacando algún elemento positivo. Esto contribuirá a que la próxima clase exista una mejor disposición al aprendizaje de sus estudiantes y su motivación, influyendo también en la optimización de los tiempos.

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Recuerde que está comprobado que el factor que más influye en el aprendizaje significativo de los estudiantes es el tiempo que pasan desarrollando actividades, y no necesariamente escuchándole hablar, o viendo un video o presentación de diapositivas. Le invitamos a tomar en sus manos el tiempo disponible en el aula, para así lograr alcanzar el objetivo propuesto para la clase. ←

¿Qué acciones realizará a partir de hoy para gestionar efectivamente el tiempo en el aula de clases?


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¿Qué factores favorecen la efectividad de mis clases?

Sin duda, existen una serie de factores que influyen en la realización de clases efectivas. A continuación podrás encontrar algunas variables que puedes considerar al momento de ejecutar tus clases: (Fuente: Escuelas efectivas en sectores de pobreza, UNICEF).

Factores que favorecen la enseñanza efectiva

  1. Profesores efectivos: enseñan a todo el curso, presentan información de destrezas de modo claro y entretenido, priorizan la enseñanza en la resolución de tareas, tienen altas expectativas para los estudiantes, exigen, dan tareas para la casa, fomentan la creatividad y desafían intelectualmente a los alumnos, enseñan de modo relajado y se sienten confortables con los estudiantes.
  2. Enseñanza estructurada y centrada en los alumnos: preparada y planificada, con objetivos claros que se comunican a los alumnos, organización de los contenidos en unidades secuenciadas, uso de material de ejercicio que requiere respuestas creativas
    de los estudiantes, inclusión de actividades de estudio independiente, control regular del progreso de los alumnos con retroalimentación inmediata. Atención reducida a pocos temas en cada sesión.
  3. Cobertura del currículum: cobertura total dando prioridad a los elementos centrales y básicos.
  4. Clima en el aula: clima distendido, ordenado, alegre, afectuoso y respetuoso, sin interrupciones, altas expectativas, refuerzos positivos y estímulos para que los estudiantes se comprometan con la tarea.

Elementos de la enseñanza efectiva

Modo en que el profesor presenta la información y destrezas a los alumnos. La instrucción es de calidad alta cuando tiene sentido para el alumno, le interesa, le es fácil recordar, aplicar y relacionar con su vida cotidiana.

  • Elementos favorables:
    • Presentar información organizada y ordenadamente.
    • Usar lenguaje claro y simple.
    • Repetir los conceptos esenciales frecuentemente.
    • Hacer referencia al conocimiento previo de los estudiantes.
    • Clara especificación de los objetivos de la lección a los estudiantes.
    • Estar consciente y planificar la transición hacia nuevos temas.
    • Cobertura total de contenidos, cuidando la rapidez con que se pasan.
    • Entusiasmo y humor del profesor.
    • Uso de videos y otras formas visuales de representación de conceptos.
    • Correspondencia entre lo enseñado y lo evaluado.
    • Evaluaciones formales e informales frecuentes con comentarios rápidos (inmediatos) acerca de su desempeño (a los alumnos).
  • Adecuación o nivel apropiado de instrucción. Habilidad del profesor para asegurar que todos los alumnos están preparados para aprender una materia. No hay, en este caso, elementos que de antemano se pueden definir como favorables. Los elementos dependen de las características particulares de los alumnos y la diversidad e interacción entre ellos. A veces será mejor formar grupos homogéneos por aptitudes, aprendizajes previos u otras características relevantes. Otras veces será mejor trabajar con grupos heterogéneos. En muchas circunstancias son esenciales programas de compensación y apoyo especial. A veces corresponde una educación personalizada. Otras veces una más estandarizada.
  • Incentivo. Grado en que el profesor asegura que los alumnos estén motivados para trabajar en las actividades que se les exigen y para aprender. El incentivo es alto cuando el nivel de instrucción es apropiado, el alumno se da cuenta que con esfuerzo puede dominar el material y que recibe retribución por este esfuerzo.
  • Otros elementos favorables.
    • Valor intrínseco del material utilizado (textos, libros, recursos didácticos).
    • Incentivos extrínsecos como elogios, calificaciones, estrellas, retroalimentación.
    • Despertar curiosidad en el estudiante.
    • Trabajo cooperativo: estimularse y ayudarse unos a otros.
    • Reforzamiento en el hogar a los esfuerzos escolares del alumno.
    • Aprovechamiento real del máximo tiempo asignado.
    • Reconocer los ritmos de aprendizaje de los alumnos y exigir en concordancia (ni demasiado, ni poco).
  • Tiempo. El profesor debe dar tiempo suficiente a los alumnos (a cada uno) para aprender el material que está siendo enseñado.

Ahora bien, las Metodologías utilizadas por el docente son sin duda una de las herramientas más potentes que permiten alcanzar aprendizajes de calidad en los estudiantes.

El uso de metodologias y recursos variados no asegura por sí mismo el logro de aprendizajes significativos en los estudiantes

Para decidir qué recursos emplear, el docente debe tener muy claro:

  1. Los objetivos que desea lograr: Los procesores deben escoger metodologías que estén al servicio de los objetivos de aprendizaje que desean lograr. Si los alumnos deben ejercitar la operatoria con fracciones, resolver una guía de ejercicios podría ser más adecuado que muchos ejercicios en la pizarra. Si se desea desarrollar sus habilidades de comunicación, un debate o una dramatización podría ser más útil que una disertación, etc.
  2. Las características del curso y de los alumnos: Es necesario tomar en cuenta su edad, sus intereses, estados de ánimo, ritmos y formas de aprendizaje. Hacer mímica para representar y aprender a reconocer los verbos funciona bien con niños de 2° básico, pero podría ser improductivo aplicarlo en cursos superiores. Un trabajo de investigación de cierta complejidad puede resultar estimulante para cursos que ya han desarrollado hábitos de trabajo autónomo, pero no para otros acostumbrados a una relación de mayor dependencia con el profesor. Para los alumnos, probablemente resulte más motivante aprender las características del relieve confeccionando una maqueta que mirando diapositivas o dibujos.
  3. Lo que funcione mejor: Hay que tener flexibilidad, pragmatismo y estar preparados para cambiar de metodologías en una misma clase si los niños no están comprendiendo, se aburren o se desconcentran.

Cliquea en el siguiente enlace, y accede al documento de estrategias para desarrollar habilidades superiores del pensamiento.

Para profundizar, mira el siguiente video:

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Si bien las metodologías son importantes, también es necesario considerar el refuerzo que el docente lleva a cabo con sus estudiantes durante las clases: Para ello, revisa lo siguiente:

El refuerzo positivo puede adquirir muchas formas; por ejemplo, los profesores:

  1. Felicitan en forma verbal a los alumnos que cumplen con sus tareas o prestan atención en clases.
  2. Los animan con gestos cariñosos, como una sonrisa o un palmoteo suave en la espalda, a quienes se esfuerzan por superarse.
  3. Organizan, con apoyo del colegio, una actividad recreativa cuando el curso logra ciertas metas; por ejemplo, respecto a puntualidad o asistencia.
  4. Entregan premios o diplomas a fin de año a los alumnos con mejores notas, los más solidarios, los mejores deportistas, los que más se hayan superado, etc.
  5. Exponen ante toda la escuela los trabajos destacados.

Para que sea efectivo, un refuerzo debe ser:

  • Oportuno. Felicite al alumno inmediatamente después de producida la acción que desea destacar. Si deja pasar el tiempo, el refuerzo pierde su efectividad.
  • Preciso. Indique claramente cuál es la conducta que usted está destacando (llegar puntual, participar en clases, ayudar a un compañero, etc.), así motivará a sus alumnos para repetirla.
  • Proporcional. Gradúe su intensidad de acuerdo al esfuerzo realizado por el alumno (por ejemplo, una palmada suave en la espalda por un problema bien resuelto en la pizarra, y un reconocimiento público por subir el promedio de 4,0 a 5,8).
  • Personalizado. Considere el punto de partida de cada alumno para juzgar sus avances (obtener un 5.0 en una prueva puede ser un granéxito para un alumno que suele obtener notas bajas, pero no lo es tanto para otro que acostumbra a obtener notas altas; por lo tanto, es el primero quien merece una felicitación).

Una clase efectiva requiere del dominio de varios factores antes y durante una clase. ¿Estás preparado para asumir el desafío?